Casi al mismo tiempo que empecé este blog, y aprovechando mi excedencia, decidí realizar el curso de Formación de Educadores de Masaje Infantil de la AEMI (ver post). Ahora estoy preparando el trabajo para obtener el certificado de educadora y uno de los puntos implica leer un libro que trate uno o varios temas relacionados con el crecimiento y/o desarrollo durante el primero año de vida y explicar un aspecto del desarrollo infantil presente en el libro que me parezca interesante.
Como mi enano no es exactamente un "bello durmiente" -le cuesta dormir y luego se despierta varias veces durante la noche- hace algún tiempo compré el libro "El sueño del bebé sin lágrimas" de Elizabeth Pantley -del cual saqué algunas ideas- y decidí utilizar este libro para el trabajo, específicamente el capítulo en el que describe cómo duermen los bebés.
A continuación copio lo que he colocado en el trabajo. Sé que es un poco largo, pero creo que puede resultar de suma utilidad para futuras mamás o para mamás con bebés pequeños -y no tan pequeños, como el mío- que no duermen bien. Cuando leí esto me pareció bastante razonable y creo que explica en gran parte los problemas de sueño de mi enano.
Imagen vía www.poemayamor.com |
A continuación copio lo que he colocado en el trabajo. Sé que es un poco largo, pero creo que puede resultar de suma utilidad para futuras mamás o para mamás con bebés pequeños -y no tan pequeños, como el mío- que no duermen bien. Cuando leí esto me pareció bastante razonable y creo que explica en gran parte los problemas de sueño de mi enano.
"Los adultos tenemos
un reloj corporal interno que regula el sueño, al que los científicos llaman
reloj biológico o de ritmo circadiano. El ritmo circadiano afecta a lo alerta
que nos sentimos en distintos momentos del día. Hay momentos naturales para dormir y otros para estar despierto. Normalmente el
nivel de energía disminuye a media tarde –razón por la cual
algunas culturas han incorporado la rutina de la siesta-, vuelve
a aumentar después y baja nuevamente en la noche.
Los bebés no
nacen con un ritmo circadiano adulto. Los recién
nacidos tienen ciclos de sueño-vigilia repartidos a lo largo de las
veinticuatro horas del día y, a medida que pasan los meses, se van asentando en
una pauta de siestas definidas durante el día y de sueño por la noche. Es entre los nueve y los diez meses que los
períodos de sueño del bebé se consolidan, se despiertan y duermen
aproximadamente a la misma hora cada día, y los períodos de sueño nocturno se
alargan.
Del mismo modo, los bebés tienen ciclos de sueño más
cortos y pasan mucho más tiempo en un sueño ligero que los adultos, por lo que
tienen más despertares breves intermedios. Esto se debe a:
· Un motivo
evolutivo. Esta pauta de sueño facilita el crecimiento del cerebro y el
desarrollo físico. Los bebés crecen muy rápido durante los primeros dos años de
vida y la pauta de sueño refleja necesidades biológicas totalmente distintas a
las de los adultos.
· Supervivencia. Probablemente pasan gran parte de su tiempo sumergidos
en un sueño ligero para poder despertarse en situaciones incómodas o
peligrosas: hambre, humedad, malestar.
Todas las fases del sueño del bebé son importantes para
su crecimiento y desarrollo. El sueño madurará a medida que el bebé madure, es
un proceso biológico.
De acuerdo a lo indicado en el libro, el ciclo de sueño del bebé es algo
parecido a esto (copiado literalmente del libro):
Adormilado; se duerme / Sueño ligero / Sueño profundo durante una hora aproximadamente / Despertar breve / Sueño profundo durante una o dos horas / Sueño ligero / Despertar breve / Movimiento rápido de ojos (REM); sueños / Despertar breve / Sueño ligero / Despertar breve / Sueño REM (sueños) / Despertar breve / Hacia la mañana: otro período de sueño profundo / Despertar breve / Sueño REM (sueños) / Despertar breve / Sueño ligero / Se despierta definitivamente
Por lo tanto, en
gran parte de los casos los problemas de sueño se deben a los despertares
breves. Todos los bebés los experimentan, pero hay bebés que implican a sus
padres en todos esos despertares y como consecuencia necesitan atención cada una o dos horas por la noche.
Los bebés
establecen asociaciones relativas al sueño, es
decir, asocian ciertas cosas con el momento de dormirse y creen que necesitan
eso para volver a conciliar el sueño. Por lo tanto, un bebé al que se le da el
pecho, el biberón, el chupete o se le acuna para dormir necesitará eso para
volverse a dormir cuando se despierte por la noche. Así que si lo que se busca es que el bebé duerma de seguido durante toda la noche, es
necesario romper esa asociación.
Los métodos más radicales recomiendan romper la asociación dejando llorar al bebé hasta que se duerma, pero mucho padres -incluyéndome- no están dispuestos a hacerlo. En el libro en mención se dan distintas propuestas para hacer esto de forma gradual,
respetuosa y cuidadosa. Además hay distintas recomendaciones dependiendo de si el bebé toma el pecho o el biberón, duerme en su cuna o en la misma cama con los padres."
¡BUEN FIN DE SEMANA Y FELICES SUEÑOS!